El acúfeno, reflexiones de un audiólogo
- juan olmo
- 10 jun 2023
- 4 Min. de lectura
Introducción:
El mundo está lleno de sonidos, y nuestro oído está diseñado para escuchar y procesar estos estímulos las 24 horas del día, incluso mientras dormimos. En este artículo, exploraremos reflexiones fundamentales sobre el acúfeno, también conocido como tinnitus, y su manejo. Examinaremos su asociación con la exposición al ruido, la hipoacusia y la presbiacusia, así como la importancia de consultar a un audiólogo con experiencia en el tema. También abordaremos la naturaleza del acúfeno como una percepción corporal benigna y su relación con la reacción emocional al miedo al silencio.
El acúfeno y su asociación con la exposición al ruido y la pérdida auditiva:
El acúfeno es el nombre correcto para denominar a la percepción de un sonido en los oídos o en toda la cabeza, sin que exista una fuente sonora conocida, está estrechamente relacionado con la exposición al ruido, a la presencia de pérdida de audición y por ende a la presbiacusia en una alta proporción de casos (1). Estos factores pueden desencadenar o agravar la percepción del acúfeno, lo que resalta la importancia de tomar medidas preventivas para proteger nuestra audición y reducir el riesgo de desarrollar esta condición.
El mito de que el acúfeno no tiene solución:
Es preocupante que algunos profesionales repitan como mantra que el acúfeno no tiene solución, ya que esta afirmación está basada en información incorrecta y difunde creencias sin fundamento (2). Es importante buscar asesoramiento de audiólogos bien informados y actualizados, ya que existen opciones de manejo y tratamiento que pueden aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de las personas que experimentan acúfeno.
La percepción corporal benigna del acúfeno:
Es esencial comprender que el acúfeno en sí mismo es una percepción corporal benigna (3). Aunque puede resultar molesto e incómodo, no representa una amenaza directa para la vida o la salud auditiva. Esta perspectiva ayuda a reducir el miedo y la angustia asociados con el acúfeno, permitiendo a las personas abordarlo de manera más positiva. Se trata de que el paciente que sufre acúfeno se ocupe del tema, consultando con un profesional con experiencia demostrada en el manejo de este síntoma, pero que no se convierta en una preocupación constante o una obsesión, ya que el acúfeno también se asocia a ansiedad, estrés, miedo, depresión y respuestas emocionales que lo refuerzan.
El acúfeno como fenómeno cerebral y del sistema nervioso:
El acúfeno tiene su origen en el cerebro y el sistema nervioso, y su verdadera naturaleza radica en la forma en que se procesa la información auditiva (4). Es importante reconocer que el acúfeno es una respuesta anormal en el sistema auditivo central y no una condición en los oídos en sí mismos.
La importancia del audiólogo especializado en el manejo del acúfeno:
Ante la percepción de ruido en los oídos, el audiólogo con experiencia demostrada en el manejo de acúfenos es el primer profesional al que se debe acudir (5). Estos profesionales están altamente calificados para realizar pruebas auditivas, como la acufenometría, así como aplicar cuestionarios para evaluar el impacto del acúfeno en la calidad de vida. Además, son capaces de derivar a otros especialistas, como médicos y psicólogos, para una atención interdisciplinaria integral. El audiólogo también brinda consejería y desmiente mitos relacionados con el acúfeno. Toda persona que perciba un ruido en el oído debe realizarse pruebas auditivas con un audiólogo, luego con estos resultados llevará más información para su visita al médico, en la mayoría de los casos de acúfenos, no existen patologías detectables a simple vista, lo que hace más difícil al médico realizar su diagnóstico si no tiene datos sobre la salud auditiva del sujeto. Lo ideal es consultar en un centro auditivo especializado, donde exista un equipo interdisciplinario conformado al menos por un audiólogo, un médico y un psicólogo.
Enfoque en la reacción emocional al acúfeno:
El tratamiento del acúfeno se centra en abordar la reacción emocional que surge de esta percepción auditiva, en lugar de intentar eliminar completamente el ruido en sí mismo (6). Las terapias cognitivo-conductuales y otras intervenciones psicológicas pueden ayudar a reducir la ansiedad y el estrés asociados al acúfeno, mejorando así la calidad de vida del individuo afectado.
La imposibilidad de enmascarar un acúfeno:
Es importante tener en cuenta que el enmascaramiento completo del acúfeno es imposible; sin embargo, se pueden emplear técnicas de supresión de la percepción para reducir su impacto (7). El objetivo no es encarcelar al acúfeno, sino proporcionar herramientas para que no se convierta en el centro de atención constante del individuo. Enmascarar el acúfeno es imposible por definición ya que el acúfeno no es un sonido físico, no es una energía medible que pueda ser contrarrestada, es una percepción subjetiva, por lo tanto, no hay forma físicamente posible de neutralizarla con una energía externa contrapuesta, pero si puede suprimirse su percepción mediante estímulos distractores que actúen sobre el sistema auditivo, las vías auditivas y la corteza cerebral
La hipervigilancia y obsesión por el acúfeno:
La mayoría de las personas no perciben su acúfeno durante el día debido a que la atención cerebral se distrae con los sonidos exteriores y las actividades cotidianas (8). Esto demuestra que el acúfeno está asociado con una hipervigilancia y una obsesión por monitorear constantemente el fenómeno auditivo.
Conclusión:
El acúfeno es una condición compleja que requiere un enfoque multidisciplinario. Consultar a un audiólogo con experiencia en el manejo de acúfenos es el primer paso para recibir una evaluación y atención adecuadas. Al enfocarse en la reacción emocional al acúfeno y emplear estrategias de manejo respaldadas por la evidencia científica, es posible mejorar la calidad de vida de aquellos que viven con esta condición. Si bien el silencio absoluto puede ser un mito, podemos encontrar formas de vivir en armonía con nuestra percepción auditiva.
Referencias:
1. Shargorodsky J, Curhan GC, Farwell WR. Prevalence and characteristics of tinnitus among US adults. Am J Med. 2010;123(8):711-718. doi:10.1016/j.amjmed.2010.02.015
2. Martinez-Devesa P, Perera R, Theodoulou M, Waddell A. Cognitive behavioural therapy for tinnitus. Cochrane Database Syst Rev. 2010;(9):CD005233. doi:10.1002/14651858.CD005233.pub3
3. Baguley D, McFerran D, Hall D. Tinnitus. Lancet. 2013;382(9904):1600-1607. doi:10.1016/S0140-6736(13)60142-7
4. Eggermont JJ, Roberts LE. The neuroscience of tinnitus. Trends Neurosci. 2004;27(11):676-682. doi:10.1016/j.tins.2004.08.010
5. Martines F, Bentivegna D, Martines E, Sciacca V, Martinciglio G. Characteristics of tinnitus with or without hearing loss: Clinical observations in Sicilian tinnitus patients. Auris Nasus Larynx. 2010;37(6):685-693.

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